miércoles, 22 de junio de 2016

Qué pasa cuando nos deprimimos / Terapias Integrativas

Qué pasa cuando nos deprimimos:



La gran mayoría de las personas en algún momento de su vida sufre un estado de ansiedad, depresión o un desorden del ánimo.
En general cuando alguien dice, estoy depre, tengo un bajón, se refiere a que está con menos ganas, voluntad y energía. En verdad eso es lo que pasa con nuestro Sistema Nervioso, se deprime, se hace más lento, y por eso nos sentimos con poca voluntad. Generalmente desde una postura más conservadora se habla de que existe un desequilibrio químico que produce síntomas de fatiga, cansancio, tristeza, ansiedad, insomnio, miedos. Desde la medicina tradicional alopática muchas veces se prefiere tratar estos síntomas con medicación. Desde mi experiencia profesional y también personal adhiero a métodos más naturales, por ejemplo dentro de la medicina naturista o la medicina china se incluye medicación natural pero por sobre todo se intenta que la persona haga conciente todos estos síntomas para darle un lugar y averiguar qué está faltando o sobrando en su vida por lo cual necesita de este estado tan incómodo. Por supuesto también respeto mucho los aportes de la medicina alopática que en muchas ocasiones alivia estados de tremendo sufrimiento. Cada vez que nuestro cuerpo sufre un gran desequilibrio, antes hubo un desequilibrio emocional. Cuando dejamos de prestarle atención a nuestras emociones y no hacemos los cambios necesarios para sentirnos bien, casi siempre el cuerpo se enferma. Por ello toda medicina que se basa en la prevención es mejor que la que solo se ocupa de la curación. Para mantener un equilibrio dentro de un ritmo de vida acelerado, que produce nerviosismo, estrés, disconformismo, miedos, es muy importante aprender a dedicarse un tiempo personal para: hacer ejercicios físicos, en la medida de la posibilidad de cada uno, porque el ejercicio nos oxigena y hace que nuestro cerebro produzca sustancias muy benéficas para mantener un estado de ánimo positivo. Además del ejercicio físico, que puede ser una caminata diaria de quince minutos, o tomar clases de Qi Gong, Yoga o practicar natación o aquello que más disfrutemos, evitando ejercicios de impacto, también es excelente practicar ejercicios de respiración, practicar meditación de ser posible en forma diaria.

La gran interrogante es cómo salir del estado de "depresión" una vez que estamos insertos en ello y sentimos que no tenemos la voluntad.
Hay mucha gente que opta por ir a un médico, luego a un médico psiquiatra, emprender un tratamiento con medicación antidepresiva y ansiolítica y hacer terapia con un consultor o psicólogo. Muchas veces esta opción es excelente y la persona vuelve a sentirse bien. Otras veces eso ayuda momentáneamente pero lamentablemente luego los síntomas incómodos vuelven y parecería que este estado de sufrimiento solo se aisló un tiempo y luego regresa con el agregado de una importante frustración. Incluso hay personas que sienten que están estigmatizadas y que esto es algo que nunca podrán superar. Es entonces y según mi propia experiencia personal y profesional que sugiero tomar una alternativa más natural que garantiza la modificación de patrones mentales y por consiguiente un cambio de vida.

Ante todo, cada vez que nos sentimos con menos ánimo y voluntad es importante evitar el aislamiento. Buscar en nuestro entorno familiar y de amigos, personas que nos comprendan y nos apoyen. Proponernos una rutina que nos devuelva el sentido por la vida. Por ejemplo: procurar tener un horario para levantarnos a la mañana y regular un horario para acostarnos de noche.
Hacer algo de ejercicio físico. Buscar un momento para escuchar música que nos haga bien, la música es muy sanadora. Procurar una alimentación saludable, investigar o dejarse asesorar sobre alimentos que mantienen los niveles de serotonina alta. Evitar situaciones que nos estresan. Contactar con la naturaleza, la luz del sol, con los animales si es posible. Tener en casa como compañía un perro o un gato es muy sanador, ellos son incondicionales y su amor nos motiva a por lo menos esforzarnos para preparles la comida, salir a caminar, jugar con ellos. Eso les hace bien a ellos y nos sana a nosotros. Muchas personas que padecen un desorden de ánimo deben ocuparse de sus hijos, la escuela o del propio trabajo y esto puede hacerse muy difícil. Por eso es muy importante pedir ayuda y delegar obligaciones que simplemente no se pueden cumplir por falta de energía.
Siempre es importante mantener la esperanza de que uno va a volver a sentirse bien. Esto es fundamental.


En mi experiencia lo que ayuda muchísimo es acceder a la contención de personas especializadas, que acompañen el proceso de sanación. Y las terapias que considero más efectivas son la acupuntura, la fitoterapia, las terapias energéticas, como Reiki y Sanación, la práctica de meditación, respiración conciente, también la terapia de diálogo para esclarecer emociones y sentimientos y la práctica de algún ejercicio físico suave.

Como conclusión, el pasar por estados de depresión puede ser una forma para tomar conciencia del verdadero valor de nuestra vida. Hacer limpieza interna. Descartar todo lo que nos produce malestar, elegir rodearnos de personas bondadosas, sencillas, sinceras, solidarias. Aprender a vivir de una manera más solidaria, aprender a alimentarnos de manera correcta y sanar nuestra vida. Porque todo desequilibrio que se produce en nuestras emociones es una oportunidad para cambiar y mejorar.

Tal vez estés leyendo esto, justo en un momento de malestar personal o estés acompañando a un ser querido con algún desorden de ánimo y pienses en  lo difícil que es llevar a la práctica todo lo que estoy escribiendo. Y me gustaría pedirte que no pierdas la esperanza. Como dije antes, todos en algún momento estamos expuestos a deprimirnos y tener miedos. Recuerdo una vez a un gran amigo médico, excelente en su labor que me dijo: “¿realmente crees que yo nunca me sentí deprimido o con ganas de morir por lo difícil que se me hacía la vida?” Eso me dio un panorama de mucha claridad. Y por ello siempre insisto en repetir que todos podemos sentirnos mal y  todos podemos volver a sentirnos mejor. A veces es más sencillo y otras es muy duro. Pero si hay algo que vale el esfuerzo es luchar por tener tranquilidad y paz interior.

Por ello te invito a tomar una actitud de prevención para que puedas evitar pasar por estados tan incómodos y proponerte hoy mismo una pequeña rutina de aquello que te mencioné antes. Y empezar a considerar la posibilidad de ver que todo lo que nos pasa es producto de cómo pensamos y cómo vivimos a diario.
Si podemos comprender que nuestro pensamiento tiene un poder infinito, y empezamos por ahí, modificando nuestra manera de pensar, hacerlo siempre de manera positiva, proponiéndonos ser considerados y compasivos con todos los seres vivientes, poner la prioridad en lo afectivo más que en lo productivo y material. Ser respetuosos y tolerantes con nosotros mismo y con los demás. Y siempre buscar la manera de conectar con el amor y evitar la indiferencia. Valorar a las personas de nuestro entorno, especialmente a nuestros mayores, que siempre por haber vivido más sabrán consolarnos y darnos una buena sugerencia.


Espero que aquellos que estén pasando un momento difícil, de dolor, de desesperanza, de desánimo, encuentren algo de paz en estas palabras que comparto. Y si puedo facilitar más información pueden escribir por privado y con gusto aportaré mi experiencia personal y profesional.
Con cariño,
Klaudia. Terapias Integrativas.
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