jueves, 10 de julio de 2014

Consultoría Terapéutica


Mindfulness

Mindfulness ofrece una respuesta a una amplia gama de dificultades porque no se enfoca en la dificultades en si mismas sino en como como nos relacionamos con ellas.

Mindfulness - Mente y Atención Plena.



Dejar de Juzgar
“Prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar”
Este tipo de atención nos permite aprender a relacionarnos de forma directa con aquello que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora, en el momento presente. Es una forma de tomar conciencia de nuestra realidad, dándonos la oportunidad de trabajar conscientemente con nuestro estrés, dolor, enfermedad, pérdida o con los desafíos de nuestra vida. En contraposición, una vida en la que no ponemos atención, en la que nos encontramos más preocupados por lo que ocurrió o por lo que aun no ha ocurrido, nos conduce al descuido, el olvido y al aislamiento, reaccionando de manera automática y desadaptativa.
Jon Kabat Zinn

Pensamientos para reflexionar y seguir mejorando nuestra vida. / Klaudia Nellessen Consultoría Terapéutica - 15.6738.5547





Un mensaje para reflexionar

Jamás permitas que alguna vivencia te atormente al tal punto que entres en desesperación, depresión o locura. Considera que cada conflicto y cada crisis en tu vida es un desafío para que encuentres una salida, igual que un laberinto. Todos los laberintos tienen una entrada y un centro. El laberinto es eso: es un lugar formado por calles y encrucijadas, intencionadamente complejo para confundir a quien se adentre en él. Y a veces la vida parece compleja y nos confundimos. Pero manteniendo la calma siempre logramos encontrar el centro y volver a salir. El laberinto no debe ser necesariamente una experiencia desagradable, por el contrario, puede y debería ser una experiencia placentera, el recorrido de lo desconocido, sin temor, sin expectativas, con la mente serena y en calma.
En tiempos recientes el mito del laberinto se ha ido transformado en la exploración de las nociones de las habilidades del hombre para controlar su propio destino.
Pues te invito a ver tu destino como algo fascinante por descubrir, sabiendo que con cada decisión que tomas lo estás forjando a tu semejanza. Por ello nuestros pensamientos y nuestras acciones deben ser coherentes, compasivas y por supuesto constructivas.

Cuando recorras tu vida como si fuese un laberinto, recuerda que el hallazgo del centro representa el volver a nacer.
Tomate el tiempo para recorrer tu vida con atención, soltando todo el peso excesivo que te impide avanzar. Has de tu vida algo bueno y hermoso. Sólo tú puedes lograrlo, ya que eres el artífice de tu propia historia.

Te propongo que te regales un momento para recorrer mentalmente o con el dedo el laberinto que sigue a continuación, recórrelo como mejor te parezca desde el centro hacia afuera o desde a fuera hacia el centro... Y cuando alguna vez tengas oportunidad si aún no lo has hecho te invito a recorrer un laberinto verdadero y experimentes esa sensación de saber que en algún momento llegarás al punto que estás necesitando encontrar.

Comparto una reflexión personal

Cuando atiendo a mis pacientes, los mayores se preocupan por todo lo que ya no pueden hacer, porque tienen dolores en las articulaciones, porque se olvidan cosas, porque se sienten más lentos y menos ágiles que años anteriores, porque se sienten solos. Cuando atiendo a pacientes muy jóvenes, ellos manifiestan sus preocupaciones por todo lo que aún no tienen, no saben, no pueden... Los de mediana edad por todo lo que no hicieron y todo lo que aún deben hacer, por la falta de tiempo...
Cómo puedes ver hay un factor común que se repite en cada etapa de nuestra vida, incluso en los más pequeños: la sensación de que nos falta algo, de que hay algo que no podemos hacer o que no hicimos o no vamos a poder hacer.
En resumen, la gente se preocupa por el tiempo...
Y mi propuesta es que empecemos a darle menos importancia a estos tres tiempos, el pasado-presente y futuro y que vivamos en un nuevo concepto de tiempo: AHORA. Y que lo vivamos de tal manera para que todo lo que acontezca en el ahora sea importante por el solo hecho de ser... de estar siendo. Es un trabajo de compromiso personal dejar de recordar todo el tiempo lo que ya fue y proyectar todo el tiempo lo que va a ser... Y finalmente comenzar a vivir en el momento exacto en que está sucediendo lo que estamos viviendo, y vivirlo con todos los sentidos para ser protagonistas, testigos y actores absolutos de nuestro momento presente. Eso es: ser en el momento presente, estar presentes en el presente.
Te pido que reflexionemos sobre esto y que lo compartas generosamente con más gente para que accedamos a la posibilidad de un cambio real y concreto en nuestra vida diaria. Cada momento ocurre y es en ese momento en el que tenemos la gran oportunidad de modificar, cambiar lo que nos está ocupando en forma inadecuado para transformarlo con nuestra decisión y voluntad en lo que consideramos óptimo. Y para eso debemos dejar de quejarnos y comenzar a accionar con conciencia, protagonismo y sabiduría. Si alguna de nuestras acciones da como resultado algo que no nos sirve o perjudica a otros, debemos modificar la forma y buscar una más adecuada. Los errores nos enseñan, no existen para que nos quejemos. Existen para corregir y renovar con el conocimiento adquirido.
Gracias.
Klaudia Nellessen

Ser no violento

¿Somos violentos? Muchas personas que piensan que siguen un camino espiritual considerarían que no lo son, y sin embargo, cualquier clase de pensamiento negativo es, de hecho, una forma de violencia.
La ira, por ejemplo, a menudo empieza con pensamientos tales como “no me gusta esto”.
Si no somos capaces de sentir amor hacia nosotros mismos, nuestra familia o amigos, significa que hay algún tipo de violencia en nuestro interior.
Tener la actitud interna de juzgarnos y criticarnos, en lugar de hacer esfuerzos para nuestro progreso espiritual con amor, paciencia y fe, también es una forma de violencia. Al igual que lo es rechazar a los demás.
Menospreciar a alguien, hacer que alguien caiga, ser indiferente hacia los demás, son también formas de violencia.
La verdad, por otro lado, siempre es no-violenta.
La verdad nos dice que puede ser que las personas tengan defectos, pero nosotros somos los amos de nuestros ojos y así depende de nosotros elegir cómo miramos lo que sea que venga enfrente.
La verdad es que cada vez que nuestra atención se dirige a las debilidades o defectos, nuestros o de los demás, reprimimos nuestro almacén de tesoros de grandeza. Esto también es violencia.
Hemos aprendido a tener miedo de reprimir nuestra negatividad, pero reprimir nuestra grandeza conlleva una pérdida incluso mayor.
La verdad nos dice que permanezcamos sabios y compasivos, incluso cuando confrontamos la ira. Nos dice: “Mantén tu dignidad ya que eso permitirá que los demás recuperen la suya”.

Sanando vínculos
Cuando un vínculo necesita acomodarse y sanar...
A veces, cuando algo es muy confuso, solo necesitamos apartarnos un rato, estar a solas, para luego regresar y completar aquello que dejamos inconcluso. Y así todo estará en equilibrio. En ese apartarnos podemos serenarnos, reflexionar y perdonar y perdonarnos...
Y finalmente comprender, cosa muy diferente a entender.
A veces los otros no son lo que hubiésemos deseado que sean en nuestras vidas. Pero así y todo sigue perteneciendo a nuestras historias y logramos acomodarlos en un lugar que nos da tranquilidad.